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Lagartija a Bordo

Este artículo apareció originalmente en Vuelo Raso N. 1 y se reimprime con autorización. Fue traducido al inglés por Google Translate y Jeff Zeitlin, y la versión en inglés apareció en la edición de noviembre/diciembre de 2023 de Freelance Traveller. Read this article in English.

Información para el árbitro

Esta aventura está pensada para ser jugada en cualquier subsector fronterizo donde haya un planeta con una gran población (Código de Población 6+) que pille a los viajeros a varios saltos de su destino final. De esta manera no supondrá un gran contratiempo.

La aventura, o evento como prefiero llamarlo, sucederá cuando los viajeros lleguen al astropuerto que haya escogido el Árbitro como lugar de inicio, donde conocerán a “ket-ket”. “Ket-Ket” es un simpático miembro de la especie lagartiforme presentada anteriormente. El sujeto está en plena fiebre migratoria y pese a tener ya siete años de edad, es bastante infantil en ciertos aspectos de su vida y busca un nuevo hogar. Ha ahorrado/robado/buscado duramente para pagar su pasaje y dispone de un total de 5000 Cr, si bien Ket-Ket es consciente de que seguramente no le dejarán descender en el primer astropuerto al que lleguen y tendrán que hacer varios saltos. Los viajeros no tienen por qué saber eso. Al menos Ket-Ket no lo dirá y tiene dinero suficiente para un total de dos saltos de clase baja y le da exactamente igual el planeta de destino, siempre que se pueda instalar. Cuando se le acabe el dinero (que será antes de lo previsto) y en función del lugar en el que se encuentren, dependerá del grupo de viajeros como afrontar la situación. Como Árbitro deberías tener en cuenta que en la siguiente parada no le van a dejar abandonar el astropuerto, pero tampoco van a dejar a la nave partir sin llevarse a Ket-Ket con ellos (ya tienen suficientes “Ket-Ket” viviendo por allí).

Primera parte: Un pasajero peculiar

El primer contacto con Ket-Ket debería darse mientras los viajeros reabastecen su nave y se dedican un poco a sus quehaceres, incluyendo perder un poco el tiempo en las zonas de ocio u esparcimiento. En realidad, hay muchas formas de presentar a KetKet al grupo, aunque lo ideal sería que fuese de una forma simpática, haciendo que les caiga bien ya que eso facilitará que accedan a llevarle. Si los personajes buscan pasajeros de forma activa en el astropuerto, se dirijan a donde se dirijan, el primero que saldrá en la lista será siempre Ket-Ket. Lleva varias semanas dando vueltas por la estación y ha sabido usar sus habilidades para granjearse la amistad de no pocos trabajadores. Tanto, que muchos recomiendan que se le dé una oportunidad “tiene muy buen corazón” o “merece tener una oportunidad en la vida” y frases por el estilo.

Ket-Ket tiene un patrón de piel propio de la primera generación de los miembros de su raza: color de piel, en general, azul marino con un entramado complejo de manchas redondeadas de color gris claro. Si bien esto en inicio puede hacerle parecer peligroso, no tiene más que abrir la boca y comenzar a hablar para que todo rastro de amenaza se disipe rápidamente. Ket-Ket hablará largo y tendido siendo más bocazas que informador: habla mucho y dice muy poco en realidad. Está totalmente orgulloso de su presupuesto ya que le ha costado muchísimo esfuerzo “reunir” el dinero y está dispuesto a pagar los 2.200 Cr. que cuesta el pasaje de clase baja hacia donde sea.

Si los viajeros más avaros le aprietan intentando ganar más dinero, acabará aceptando pagar 2.500 Cr. por salto, pero su cara se tornará de gran tristeza y pesar, su tono de voz se volverá triste y remilgado. Si le intentan convencer para que pague más dinero, se retirará ente llantos y sollozando a los cuatro vientos cosas acerca de “viajeros malos”, “quieren engañar al pobre Ket-Ket”, “Ket-Ket solo quiere viajar y ser feliz” y un montón de cosas por el estilo. Puede que algún miembro del personal se sienta ofendido por este hecho y trate a los viajeros de una forma más fría o distante. Los miembros del personal están acostumbrados a que Ket-Ket y los de su especie sean rechazados en muchas naves como pasajeros, pero no están acostumbrados a que les intenten cobrar de más por “ser de una especie diferente”, sobre todo porque comen menos, ocupan menos y respiran menos. Si rechazan a Ket-Ket sobre todo por motivos económicos, los viajeros nunca volverán a saber de él. Si preguntan a sus antiguos amigos y trabajadores, recibirán respuestas secas como “a vosotros qué os importa”, “después de que os fuerais viajó en una extraña nave Aslan y no hemos vuelto a saber de él” y multitud de cosas por el estilo.

Si pese a todo quieres forzar la introducción de Ket-Ket, puedes intentar introducirlo como polizón en la nave, aunque seguro que no acabará bien para el pobre Ket-Ket.

Si en cambio los viajeros acceden a llevarle al precio sugerido, se ganarán la simpatía de los trabajadores del astropuerto, que se mostrarán más agradables y cercanos de lo habitual. Antes de partir, Ket-Ket hará una ronda de despidos muy emotiva. Entre todos los trabajadores amigos le han comprado una gabardina marrón a medida para que “cause buena impresión” a donde quiera que vaya, le ayudarán a ponérsela y le pasarán la mano para acomodarle las arrugas que puedan quedar. Algunos incluso se acercarán a la nave cuando vaya a despegar para despedirse de él haciendo gestos con la mano. Esto debería ser suficiente para que los viajeros acaben de darse cuenta de que es un ser muy querido. Si algún día vuelven, no faltará gente que pregunte y se interese por él.

Consejos de interpretación

A la hora de interpretar a Ket-Ket intenta moverte mucho, sobre todo las manos y la cabeza, habla rápido, cuando hables de ti mismo di tu nombre y cambia de estado de ánimo constantemente mientras hablas, se una montaña rusa de emociones. Si bien esto en esta raza es, por lo general, normal. Debido a su rápido ciclo vital recuerdan todos los momentos de su vida con gran intensidad y hace que sus estados de ánimo sean un poco volátiles. Sin embargo, cuándo se sienten afligidos o alegres por algo, este sentimiento les puede durar días. Esto es importante pues si los viajeros quieren, puede que consigan tener un nuevo y leal amigo para su tripulación.

Ket-Ket se ha ganado la simpatía de la mayoría de los trabajadores porque ha tenido una vida difícil, incluso para un miembro de su especie. Entre otras muchas cosas estuvo a punto de morir en el compactador de basura en su primer día en el astropuerto. Algo que menciona muchas veces en su torrente de estados de ánimo. Una parrafada suya en este punto del evento podría ser algo así:

“(Alegre)Ket-Ket quiere viajar lejos, lejos a las estrellas y a otros planetas (Triste) lejos de su familia y amigos (Alegre) ¡Pero lejos de ese compactador de basura que casi aplasta a Ket-Ket! (Triste) Ket-Ket casi muere ese día y nunca habría vuelto a ver las naves hacer fiiiiuuuuu (Alegre) fiuuufiuuuufiuuuuu (Triste) pero nadie quiere llevar a Ket-Ket en su nave (Alegre) ¡Vosotros sí, verdad! ¡Ket-Ket pagar precio de pasaje! (Triste) Por favor, llevar a Ket-Ket a su destino en las estrellas...”

Consejos de interpretación durante el viaje

Ket-Ket resulta ser un pasajero bastante paciente dentro de los de su especie: repite para sí mismo, casi constantemente pero en alto para consternación de quienes le escuchan: “Ket-Ket se tiene que portar bien, sus amigos le han dicho que si se porta bien y no da la chapa dará buena imagen a donde quiera que vaya. Ket-Ket no dará la chapa porque no tiene chapas” y cualquier comentario similar que se le ocurra al Árbitro de juego. Está ansioso por aprender y si le dan alas puede pasarse el día preguntando por todo lo que haya en la nave, cómo funciona, para qué es este botón, qué pasa si toco esto y esto, y si los toco a la vez... y muchas cosas por el estilo con una curiosidad inteligente que en ocasiones puede rozar lo infantil. Su habilidad Polivalencia 1 puede dar la sensación de que ser más hábil de lo normal en aprender cosas nuevas.

Todos los días se pondrá la gabardina, de la que no se separa ni con gasolina. El problema es que si no recibe ayuda al ponérsela, la falta de practica en el uso de ropas le hará dar todo lo contrario a una buena impresión. Un viajero paciente le puede ayudar y enseñar como ponérsela y quitársela cada día para seguir estando presentable. Aunque es un alumno que se distrae con mucha facilidad, le pillará el punto en pocos días.

Segunda parte: Un astropuerto cerrado

Ket-Ket no se muestra muy ilusionado con la llegada al astropuerto. Se viene un poco abajo y pierde la esperanza por primera vez desde que los viajeros le conocen: sabe que los de su especie no van a ser bienvenidos aquí. A no ser que los viajeros se hayan ganado su confianza no dará detalles al respecto, pero por raro que parezca no querrá hablar del tema. Y los viajeros no tardarán en darse cuenta del por qué. La guardia del astropuerto dejará bien claro que Ket-Ket puede descender de la nave y pasearse por el astropuerto pero no puede quedarse aquí. No dejarán partir a la nave sin que este último esté a bordo y cuando hablen de “Ket-Ket” lo harán con el sobrenombre de “escoria espacial” o sinónimos similares. Al pobre no le pilla por sorpresa, pues sus amigos del astropuerto ya le habían prevenido al respecto. Pero mientras estén atracados, podrá utilizar el astropuerto como uno más. Puede que incluso le coloquen un localizador al pobre Ket-Ket para asegurarse de dónde está en todo momento y de que no desciende/escapa al planeta para “engendrar más escoria”.
Poder pasear por el astropuerto será un soplo de aire fresco para Ket-Ket, que en seguida se olvidará del incidente y alegrará su cara. Tras esto los viajeros no tardarán en perderlo de vista entre los comercios y la gente de la estación. Aunque si desean encontrarle no tardarán en hacerlo en un puesto de bebidas. Con el posterior caos que supondrá eso para Ket-Ket, aunque en su inocencia, desconoce el oscuro rumbo que va tomar su vida en estos momentos

En general deberías dejar a los viajeros que lleven a cabo todas las cosas que tengan que hacer a su aire y sin intervención de Ket-Ket, a no ser que estos expresamente se preocupen por llevarlo con ellos. Ket-Ket es un superviviente nato y en principio no tendría por qué pasarle nada por estar unos días en un astropuerto. Aunque luego verán que esto no es así del todo. Es un buen momento para introducir a los Viajeros en otra aventura.

Cuando estén listos para partir, Ket-Ket los esperará junto a la nave llevando en brazos una gran cantidad de mini-latas de bebida con unos colores muy vistosos.

Ket-Ket comenzará a depositar esta mercancía por todos los lugares a los que tiene acceso en la nave (que no tienen por qué ser necesariamente los mismos que los lugares a los que los viajeros le dejan acceder). Ket-Ket está visiblemente alterado, muy nervioso y puede que incluso parezca que esté drogado. Esto es debido al efecto de estas sustancias en su organismo.

Consejos de interpretación

Muévete muchísimo, habla muy rápido, corta una frase para empezar otra, vete hacia un sitio y a medio camino, cambia y ve hacia otro sitio como si se te hubiese olvidado la sartén en el fuego, y siempre a mano, una mini lata. De vez en cuando, olvida dónde dejaste la gabardina, aunque la tengas puesta. Aunque inicialmente esta escena tenderá a resultar divertida, debería tornarse seria y preocupante cuando resulte evidente que Ket-Ket tiene un serio problema de adicción.

Cuando hables intenta que no se te entienda de lo rápido que hablas, deja claro que no estás en tus cabales con tu actitud nerviosa al borde de un ataque de nervios.

Los viajeros deberían darse cuenta antes o después de partir de que algo no va bien con Ket-Ket.

Consejos de interpretación durante el viaje

Si los viajeros se han dado cuenta de lo que le sucede a Ket-Ket, puede que intenten desintoxicarle de las bebidas ultra energéticas a las que se ha vuelto adicto de la noche a la mañana. Pueden probar distintas formas de hacerlo, pero encerrarle no será tan sencillo, pues puede colarse por muchos conductos y dar más de un dolor de cabeza. Además, para cuando le encierren es probable que Ket-Ket haya escondido las mini latas distribuidas por toda la nave, como solía hacer con sus pertenencias cuando vivía en las calles.

Si en el futuro quieres hacer hincapié en la nostalgia hacia este PNJ, deberían de seguir apareciendo latas escondidas en cualquier momento en cualquier sitio, por ejemplo, debajo de los mandos de una torreta en mitad de un combate espacial, o mientras reparan un sistema dañado en el motor de salto. Sitios en los que digas, “pero, ¿cómo ha llegado esto aquí?”

La abstinencia para Ket-Ket puede ser un suplicio, pero con 2 días servirá para que recupere su estado de ánimo habitual y se sobreponga a la adicción. Puede que incluso llege a autolesionarse para conseguir una dosis. Si aún así consiguen que pase dos días sin esa dosis “lo que fácil viene, fácil se va”. En cambio, si no le ayudan a superar la adicción, llegará un punto en el que será intratable convivir con él en una nave. Apenas dormirá una hora al día y el resto del tiempo se lo pasará moviendo cosas sin sentido de un lado a otro, corriendo con los brazos en alto mientras grita “allá que va Ket-Ket iuuuuum” y cosas por el estilo, afectando al descanso y la salud mental de toda la tripulación. Por no hablar de que tocará muchos botones, que suele ser mejor no tocar.

Si no le ayudan llegados a este punto, cuando desciendan en el siguiente astro puerto Ket-Ket se ira para no volver jamás, es ahora o nunca.

Tercera parte: Un punto de inflexión

y...¿Fin?

Llegados a este punto, Ket-Ket podrá descender en el siguiente astropuerto y no volverá jamás o intentar continuar su viaje una parada más. El pobre ser no tiene más dinero ya que se lo ha gastado todo en la bebida, la gabardina está hecha un muñón, aunque si ha sido desintoxicado, hará todo lo posible para que este lisita y presentable, seguramente suplicando ayuda a los viajeros entre lágrimas, dándose cuenta de que ha estado a punto de tirar su vida por la borda.

Desintoxicado

El personal del Astropuerto tratará a Ket-Ket con desdén, pero tampoco le prestarán más atención. Hay algunos miembros de su especie rondando la zona de residuos y saben cómo va el tema. Ket-Ket dará unas cuantas vueltas y al cabo de unas horas volverá a donde los viajeros. Les hará entender que este es un buen sitio donde quedarse y que al haber más miembros de su especie no se sentirá solo y podrá comenzar una nueva vida en un nuevo lugar como siempre ha querido, pero, y siempre hay un pero, prefiere continuar al menos un viaje más, un sitio más lejano. Quizás no más exótico o atrayente, pero él había ahorrado para tres saltos y aunque haya perdido todo su dinero, rogará a los viajeros que le den la oportunidad de volver a saltar. En realidad se quiere quedar con las personas que le han salvado de una vida de adicción. Así que esta escena puede que se repita en cada nuevo salto que den, hasta que zanjen el tema de si puede o no quedarse con el grupo de viajeros.

Si los viajeros no ceden en su cometido y le convencen de que está mejor aquí, entre los suyos o incluso le ayudan económicamente, Ket-Ket se quedará triste, pero habrán ganado como aliados a la tribu de Lacertos local, ya que Ket-Ket se dedicará a hablar constantemente de las hazañas de los viajeros mientras asciende en rangos. Estas hazañas estarán cada vez más exageradas e idealizadas, llegando un punto en el que serán los propios viajeros quienes le salvaron del compactador de basura y a saber de cuántas cosas más. Con el tiempo y las migraciones, estas historias cruzarán fronteras y se volverán una leyenda en la tradición oral de esta especie y puede que dentro de un lustro los viajeros escuchen la historia y ni siquiera se reconozcan a sí mismos.

Ket-Ket pasará el resto de sus días viviendo tranquilo y en paz, observando todas las naves que llegan y esperando encontrar a las únicas personas a las que ahora es capaz de llamar “familia y amigos”, deseando en silencio que alguno de ellos descienda de cada nave que atraca en el muelle. Y si vuelven, o cada vez que vuelvan, ese será el día más feliz de la corta vida de Ket-Ket.

Llegados a este punto, y aunque tal vez no inmediatamente, los viajeros se acabarán dando cuenta de que Ket-Ket realmente quería pasar el resto de sus días con ellos, quería demostrar todo lo que ha aprendido sobre el funcionamiento de la nave por su propia cuenta en el último momento e intentar demostrar que estaba dispuesto a abandonar su deseo de un nuevo hogar, por un destino en las estrellas. Quizás no se den cuenta en el momento, pero más adelante, mientras saltan hacia un nuevo destino, quizás se den cuenta de lo importantes que han sido los viajeros para alguien con una vida tan corta y tan intensa como la de Ket-Ket y de cómo le brillaban los ojos cuando estaba junto a ellos. Si regresan, Ket-Ket siempre les estará esperando

Adicto

Si Ket-Ket desciende al astropuerto estando adicto bajará diciendo que tiene que hacer “unas cosas”, pero no volverá jamás. Por más que intenten los viajeros buscarle, seguramente nunca lo encuentren. A lo mejor, en un futuro, en otro lugar, malviviendo o muerto, pero no en este momento. Tenían la vida y el destino de Ket-Ket en sus manos y dejaron que se rompiera, como una vaso de cristal, contra el suelo en un millar de añicos. Ahora cada vez que encuentren una lata vacía escondida por la nave, los viajeros recordaran con nostalgia el posible compañero que perdieron.

Aunque quizá alguno de los viejos dioses les dé una oportunidad de enmendar su error, un pequeño hilo del destino del que poder tirar para salvarle. ¿Una grabación de seguridad con Ket-Ket descendiendo al planeta? ¿Un Ket-Ket inconsciente siendo recogido por una figura misteriosa? ¿Alguien que afirma que Ket-Ket asumió una deuda con una casa de apuestas que nunca pudo pagar y pagó las consecuencias? ¿Un grupo de seres encapuchados que lo acompañan?

¿Un final o un hasta luego?